OBRA PRITZKER: MUSEO DE NINGBO, WANG SHU
Hace unas semanas estuve nuevamente en China, así que me propuse realizar algunas “visitas arquitectónicas”, ya que si hay un país del globo que resalta por su innovación en diseño es el gigante asiático; la agenda me ubicó varios días en la ciudad portuaria de Ningbo y como en toda nueva ciudad indagué sobre sus sitios emblemáticos, uno de ellos resaltó notablemente sobre el resto: el Museo de Ningbo; ¿la razón? Aparte de ser el museo más completo de la zona es una obra diseñada por el Pritzker 2012: el arquitecto Wang Shu.
Aparté un espacio para realizar la visita que -contrario a mis planes iniciales- no sería meramente como arquitecto, sino también como viajero, lo que luego me resultó aún mejor ya que podría vivir el espacio desde una perspectiva técnica pero también como usuario, que a fin de cuentas es el sujeto principal en toda obra arquitectónica habitable.
Entorno de la obra y primeras impresiones:
Luego de caminar unas pocas cuadras desde la estación de metro más cercana, se vislumbraba un bloque verde en medio de numerosos edificios gubernamentales (en la zona se ubican varias oficinas municipales), esta espesura cuasi boscosa invitaba a adentrarse en la misma y ya me indicaba que su objetivo era propiciar paz a la zona delimitando de manera sutil el entorno burocrático que rodea el museo.
La primera relación que haría cualquier arquitecto al ver por primera vez el Museo de Ningbo es con el estilo brutalista, sin embargo, desde mi perspectiva, en pocos segundos se identifican detalles de diseño y materiales que lo alejan un poco de este movimiento. El Museo de Ningbo resalta las tradiciones y costumbres de los pueblos que han habitado esa zona por milenios, y ello se ve reflejado en los detalles, por ejemplo, el edificio está emplazado en un cuerpo de agua (artificial) en donde incluso hay plantadas especies vegetales propias de esas zonas costeras.
Como visitante, se accede al museo por un espacio abierto que deja ver que el edificio está formado por dos grandes volúmenes que se integran niveles más arriba en distintos pisos sin llegar a formar un todo. Esto da indicios de que habrá numerosas terrazas, aberturas y balcones intercalados en todo el diseño.
Perspectivas varias - exteriores, Museo de Ningbo / Archivo Duabitad
Interiores: líneas y planos superpuestos
Ya dentro, la primera impresión desinfla un poco las expectativas, ya que se ingresa por las oficinas del museo, mismas sin mayor atractivo. Sin embargo, cuando se pasa a la sala principal que funcionalmente podría catalogarse como un patio interior (bajo techo), revive inmediatamente el interés, pues desde un solo punto es posible observar todos los accesos a las distintas salas y espacios comunes incluidos los de los niveles superiores.
Arquitecto o no, desde este patio el visitante podrá apreciar que todo el edificio está basado en una superposición de planos. La escalera principal es otro elemento que resalta, cuasi columna vertebral de la circulación vertical se ubica al frente del patio y divide por completo el edificio desde la planta baja hasta el tercer nivel.
Las salas de exposición están dispuestas de un modo que para personas con poco sentido de ubicación puede resultar un poco abrumador, pero a su vez permite que el recorrido no implique tener que atravesar la sala completa, brindando la oportunidad de poder salir en algunos puntos; esto podría ser también coquetería del museo para no perder del todo al visitante.
Retomando la escalera, algo que noté es que los espacios -en principio “residuales”- son aprovechados por las personas como zona de descanso, de espera e incluso de interacción. Un aspecto no estrictamente arquitectónico, pero sí relevante es que gran parte de los museos en China son de acceso gratuito tanto para nacionales como para visitantes extranjeros. Estéticamente, las escaleras son un atractivo del museo, hecho respaldado no solo por mí como arquitecto, sino también por numerosas personas que se tomaban fotos en este lugar.
Perspectivas - interiores varias, Museo de Ningbo / Archivo Duabitad
Terrazas: un juego cartesiano
Desde mi perspectiva, la riqueza del diseño arquitectónico del Museo de Ningbo hace gala en el último nivel, donde convergen dos bloques para exposiciones, la cafetería y espacios administrativos no abiertos al público. Aquí se da un juego cartesiano en el que planos y ejes se interceptan generando perspectivas y espacios multiuso con gran belleza arquitectónica; sumado a esto, desde varios puntos hay muy buenas vistas de Yinzhou (la zona de la ciudad donde se ubica). En este nivel superior se puede apreciar de cerca el recubrimiento especial de las paredes, millares de pedazos de ladrillo, tejas, azulejos y escombros residuales de otras edificaciones; esta técnica constructiva originaria de Ningbo se conoce como wa pan.
Perspectivas, Museo de Ningbo / Archivo Duabitad
Culmino mi escrito manifestando que, según mi parecer, toda gran obra resulta de la sinergia entre planimetría y ejecución, esta obra de Wang Shu resalta porque se perciben planos limpios, algo que seguramente había concebido el arquitecto; con un equipo de construcción no profesional probablemente los resultados no hubiesen sido exactamente iguales.
Duabitad más que arquitectura y diseño
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