Arquitectura de teatros: el Gran Teatro Alicia Alonso
En el corazón de La Habana, Cuba se alza con uno de los tesoros arquitectónicos y culturales que ha dejado huella en la identidad de la ciudad caribeña, el Gran Teatro La Habana Alicia Alonso, un ejemplo de arquitectura que se integra armoniosamente con el paisaje urbano de la capital cubana.
El Gran Teatro ha sido testigo de una rica historia teatral, acogiendo espectáculos, actores, bailarines y músicos de renombre mundial. Sin embargo, más allá de su destacado legado artístico, podemos encontrar fascinantes detalles arquitectónicos que realzan los elementos ornamentales que reflejan una época de esplendor.
Historia del Gran Teatro
El teatro fue pensado por la necesidad de los habaneros de contar con un recinto a la altura de las grandes capitales europeas para puestas en escena de arte y música.
La construcción del ‘Gran Teatro de Tacón’, como era conocido, inició en 1908 bajo la dirección del arquitecto belga Paul Belau, quien se caracterizaba por un estilo neoclásico y art nouveau; posteriormente, él volcaría el diseño de la fachada con influencias neobarrocas, impregnando estas en el núcleo del teatro y en algunos elementos ornamentales.
Tras la inauguración del teatro en 1914, el arquitecto cubano Tomás Govantes continuó los trabajos en una segunda etapa constructiva que comprendió de 1915 a 1925.
En 1965, el teatro recibió el nombre Gran Teatro La Habana Alicia Alonso en honor a la bailarina cubana de fama internacional. En una tercera etapa, de 1985 a 1987, con la dirección del arquitecto italiano Roberto Gottardi, se llevaron a cabo importantes trabajos de restauración para preservar elementos históricos y mejorar las instalaciones, adaptándolo a los estándares modernos.
Influencias culturales y estéticas
El Gran Teatro refleja una interesante mezcla de influencias culturales y estéticas que han contribuido a su diseño arquitectónico, así como la herencia europea del siglo XIX y la cultura cubana. Si bien es complejo atribuirle un solo estilo podemos resaltar los siguientes:
1. Neobarroco y belle époque:
En la fachada del teatro podemos apreciar una rica influencia neobarroca con una composición simétrica y ornamentales en la parte superior. Los detalles incluyen relieves, frisos, medallones y esculturas que reflejan el lujo de la época. Además, en el vestíbulo y en las escalinatas se ven arcos decorativos y columnas ornamentales que crean un elegante espacio interior.
2. Art nouveau y modernismo:
El movimiento art nouveau se caracteriza por sus formas orgánicas inspiradas en la naturaleza, algo que podemos ver en los detalles decorativos del teatro, como elementos florales, hojas y líneas curvas en el diseño de barandajes, molduras y puertas.
Otro elemento por rescatar es el uso de vidrieras y vitrales con motivos artísticos y formas estilizadas, algo que caracteriza el modernismo.
3. Identidad cubana:
En la construcción se emplearon materiales tropicales locales, creando una conexión con la isla. Los balcones, barandillas y otros elementos decorativos reflejan esta identidad. Además, el diseño se adaptó al clima tropical mediante patios interiores que permiten la ventilación natural.
Distribución arquitectónica:
El teatro cuenta con diversas áreas diseñadas para dar cabida a distintas funciones y actividades relacionadas con la cultura y las artes. Se destacan:
• Amplios vestíbulos y pasillos que permiten una circulación fluida de los espectadores antes y después de las actuaciones. Estos espacios de transición están diseñados con detalles arquitectónicos elegantes que realzan la experiencia del público y brindan una sensación de bienvenida y comodidad.
• La sala principal en forma de herradura, diseñada para albergar espectáculos teatrales, óperas, ballets y conciertos, permite disponer de asientos en varios niveles, por lo que ofrece una vista privilegiada del escenario desde diferentes ángulos. También cuenta con palcos y balcones en los niveles superiores.
• Además de los espacios destinados a las actuaciones, el teatro cuenta con áreas de apoyo como camerinos, salas de ensayo y áreas técnicas esenciales para el funcionamiento y producción de los espectáculos. Estos espacios están diseñados para satisfacer las necesidades prácticas de los artistas y del personal técnico, permitiendo un flujo eficiente de trabajo detrás del escenario.
Interiores del teatro. Fotos: Nelva Nazareth Valdespino
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