URBANISMO EN LA TEMPRANA COLONIA, EL APORTE DE PEDRARIAS DÁVILA
El presente ensayo corresponde al trabajo titulado: “Pedrarias Dávila y sus fundaciones en Tierra Firme, 1513-1522: Nuevos datos sobre los inicios del urbanismo hispánico en América”, de Eduardo Tejeira Davis, arquitecto e historiador panameño destacado en temas relacionados con el urbanismo en las primeras etapas de la conquista española en América.
Durante el periodo de conquistas que la Corona española llevó a cabo en las postrimerías del siglo XVI muchos fueron los personajes que lograron hazañas de importancia, entre ellos estaba Pedrarias Dávila, cuyo aporte fue estudiado por Eduardo Tejeira Davis. El tema se centra en el trazado cuadricular de la ciudad de Natá y Panamá la Vieja antes que en otros sitios de la actual Latinoamérica, un plan encabezado por Pedrarias Dávila, con sus posibles ecos en México, Centroamérica y la América Andina.
Pedrarias Dávila fue importante durante el periodo de conquistas en la América española, nombrado gobernador y capitán general de Tierra Firme para consolidar la presencia española y reestablecer la autoridad del rey (los adelantados en América acapararon tanto poder en el periodo de conquistas que llegaron a desconocer la autoridad del rey). Además, fue el fundador de Panamá la Vieja y de Natá, dato relevante para lograr entender los orígenes y la evolución del urbanismo en la América hispana antes de 1539, asimismo para comprender la dimensión práctica del proceso.
En 1513, Pedrarias Dávila recibió de Fernando el Católico órdenes para fundar asentamientos que debían definir sus trazados urbanos. Una de las órdenes mencionaba que los asentamientos debían estar en lugares sanos y de “buenos aires”, con facilidad de carga y descarga, se autorizaba su ubicación en el interior, pero con conectividad fluvial para facilitar la comunicación con las rutas marítimas hacia Europa.
También se mencionaba que cuando se estableciera un asentamiento, en primer lugar se debía hacer el repartimiento de solares para la “gente importante”, dejando lugar para la plaza y la iglesia, manteniendo un orden en el trazado y que se debía seguir una lógica en las construcciones para lograr una fluidez en las actividades cotidianas.
Las órdenes de 1513 tienen sus antecedentes en España, ya que las disposiciones de ordenamiento se vieron 30 años antes en la Península, con la fundación -en 1483- de la villa de Puerto Real, la cual se organizó en torno a una iglesia y una plaza principal, diseño urbano de los mismos reyes católicos, pero nada sugiere que la Corona haya planeado la utilización de un modelo de trazado rígido y universal; de todas formas, existen casos modelo de aquellos patrones, por ejemplo, en la historia temprana del Caribe se puede ver un afán de establecer asentamientos coherentemente ordenados, uno de ellos en la ciudad de Santo Domingo, en la isla La Española.
Pedrarias Dávila fundó diversos asentamientos en el Caribe: Acla, Panamá la Vieja y Natá, en ellos no siguió un plan fundacional único (Panamá la Vieja y Natá tienen distintas trazas y tamaños de solares). Panamá La Vieja se fundó en 1519, floreció con la instauración de la Real Audiencia en 1538, y por formar parte de la ruta de los metales preciosos hacia 1560, fue destruida en 1671; se presume que contaba con aproximadamente 10000 habitantes.
En el caso de Panamá La Vieja se encontraron diversos mapas que muestran cómo pudo ser la traza colonial de la ciudad, dos mapas llamaron la atención (Cristóbal de Roda 1609 y Antonelli 1586), se determinó que la representación más fiel se atribuye al mapa de Antonelli, se pudo saber que la traza de Panamá la Vieja muestra un gran respeto por la topografía y las peculiaridades del lugar.
En Panamá la Vieja, la repartición de solares se hizo de manera estrecha y las casas debieron tener dos o más niveles debido a la poca tierra existente; estas fueron hechas de madera, y de pequeño tamaño, en resumen, la traza de Panamá la Vieja parece próxima a la de las ciudades europeas medievales, lo cual supone que no tuvo una influencia en el plano urbanístico hispánico en América.
En contraste, Natá presenta un enfoque novedoso urbanísticamente hablando, porque establece la traza con una retícula ortogonal de gran escala, con plaza central y manzanas subdivididas a cuatro solares, las manzanas de Natá en 1522 eran cuadradas, lo que refleja que se trataba del modelo urbano que se aplicó en la América española durante las décadas siguientes, la amplitud de la plaza principal y de los solares son de mayor proporción que en Panamá la Vieja.
La Natá actual es diferente a la erigida por Pedrarias, tras ser destruida por indígenas en 1531 fue reconstruida, pero -a pesar de ser una ciudad de traza monumental- se fue despoblando y no llegó a tener una economía que favoreciera su crecimiento. Es necesario recordar que Natá y Panamá la Vieja fueron dos sitios ideados por Pedrarias Dávila, ambos con distinto trazado debido al disímil entorno geográfico de uno y otro.
La creación de una gran plaza en Natá fue una representación de poder que Pedrarias Dávila quiso mostrar al estilo de la plaza de Tenochtitlán, que impresionó a los españoles de Hernán Cortés, algo que fue replicado en otros sitios de la América española. Además de constituirse en una de las ciudades más antiguas fundadas en Tierra Firme, Natá conserva su acta fundacional, a diferencia de otros sitios fundados en su mismo periodo.
Una pregunta que Eduardo Tejeira se formula a lo largo del texto es si la traza de Natá influyó en la práctica urbanística posterior. En la práctica, la respuesta no está del todo clara, aunque en algunas poblaciones de Nicaragua se puede ver eco de aquello, así como en México podría existir otra influencia, hay que tomar en cuenta que las fundaciones se basaron en las órdenes de 1513.
El conquistador Hernán Cortés mandó a que los trazados de las ciudades fundadas en México y otros sitios de la actual Centroamérica fueran lo más exactos al modelo reticular. La traza de Oaxaca de 1529 podría ser equiparable a la de Natá, este trazado cuadricular ya se conocía en Guatemala, en la ciudad de Santiago de los Caballeros de Almolonga. Igualmente llama la atención el trazado de algunas ciudades centroamericanas como: San Salvador de 1539 y Antigua Guatemala de 1541, con Oaxaca por su trazado y el tamaño de sus manzanas.
Otros ecos de Natá pueden hallarse en la zona andina de América: la ciudad de Arequipa de 1540, por tener el mismo tamaño de manzanas que Natá; otras similitudes tienen las ciudades de Bogotá de 1539 y Lima, en el caso de esta última, las manzanas son más grandes y su plaza principal es mayor, se debe considerar que, para estos años, la traza de cuadrícula con todo el rigor de su implementación era ya bien conocida.
Podría también corresponder como otro eco, el trazado de la ciudad de La Plata (actual Sucre), fundada en 1538, por mostrar un conjunto reticular similar al de la ciudad de Natá, fue la primera ciudad fundada en la zona del Collao, en la parte andina de la actual Bolivia, el trazado está organizado con una plaza mayor y alrededor de ella se encontraban la Catedral, el edificio del Cabildo y el Palacio Arzobispal.
Sin embargo, es importante mencionar que los conquistadores de Perú y toda la zona andina provinieron de Panamá, por lo que conocían bien la organización urbana y trazas en aquellas tierras del Istmo. Entre otros conquistadores, Francisco Pizarro conoció a Pedrarias en Panamá, inclusive fue parte del Cabildo de Panamá la Vieja.
La diferencia entre los trazados urbanos de Panamá la Vieja y Natá muestran que el proceso fundacional de ciudades en Tierra Firme no estaba enmarcado en un modelo de aplicación rígida, sino que se podría adaptar a las condiciones geográficas de cada lugar. El modelo de Natá era -sobre todo- apropiado para sitios llanos del interior. Las instrucciones de 1513 fueron aplicadas en distintos sitios de la América española, a la vez que también se aplicaban los trazados en correspondencia con la condición geográfica de cada lugar, por lo cual eran utilizados ambos modelos.
A manera de conclusión se puede considerar que la fundación de la ciudad de Panamá la Vieja y de Natá -en la primera mitad del siglo XVI- fue concebida partiendo de las ordenanzas reales de 1513, en cuanto a su trazado y funcionalidad. El modelo de Natá, ideado para sitios que se encuentren en el interior, con gran espacio y en llanuras, se caracterizaba por ser monumental con una plaza principal, con amplios solares, siguiendo el trazado reticular, manteniendo una simetría y orden. El caso de Panamá la Vieja, si bien evocaba orden, estaba más enfocado para ciudades costeras en las que había que adecuarse al medio geográfico para lograr su funcionalidad. Estos dos modelos de trazados tuvieron sus ecos también en México, Centroamérica y la zona andina.
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