De la ciudad de Los Ángeles y la arquitectura contemporánea en su Downtown
Acceso principal al Wall Disney Concert Hall @AbdielG
Cuando viene a nuestra mente el estado de California, especialmente la ciudad de Los Ángeles (LA en general para los estadounidenses), muchos de nosotros tendemos a pensar en las grandes producciones de Hollywood, las estrellas de nuestras películas favoritas y todo el glamour que rodea el mundo del cine.
Otros recordarán aquellas imágenes de la ciudad bañada por una costa donde brilla siempre el sol y no faltan los paseos por el muelle de Santa Mónica al atardecer, esto, gracias a las tantas series de televisión y películas que nos retratan una cara romántica de LA. Pero esta ciudad, la más grande de toda la costa oeste estadounidense, tiene muchísimo más que ofrecer, especialmente para arquitectos y diseñadores.
A principios del siglo pasado, el Downtown o centro urbano de Los Ángeles era uno de los más prometedores en cuanto a desarrollo urbanístico, sin embargo, por temas de planificación, empezaron a proliferar grandes autopistas que invitaban a los pobladores de la ciudad a salir del centro en busca de parcelas más grandes donde sería posible construir grandes casas con jardines, y así procurar espacios más generosos que los que ofrece un condominio; esto dio como resultado un área metropolitana muy extensa en territorio, también en gran medida gracias a que las municipalidades vecinas en esta zona del sur de California suelen ser de baja densidad poblacional.
Sin embargo, nuestro objetivo hoy no es argumentar acerca de los largos pero necesarios trayectos para recorrer la ciudad ni de los atascos de tráfico que duran horas para entrar o salir de ella; nos concentraremos en el núcleo original de la ciudad y cómo cambió de ser un pequeño pueblo colonial español hasta convertirse en un pujante centro urbano lleno de obras arquitectónicas de vanguardia que cautivan los sentidos.
Los Ángeles nació en el sitio que actualmente es llamado Calle Olvera o Placita Olvera, donde encontraremos la iglesia de Nuestra Señora La Reina de Los Ángeles y un colorido mercado en el que se pueden encontrar artesanías y souvenirs mexicanos, sutil recordatorio de que esta parte del mundo alguna vez fue territorio del vecino país al sur de la frontera; el conjunto forma parte del Monumento Histórico del Pueblo de Los Ángeles y esta es una de las razones que convierten a este lugar en una parada obligatoria para turistas y viajeros.
Justo cruzando la calle encontramos la famosa Union Station, se trata de la estación ferroviaria más importante de la ciudad y de la región. Sus inconfundibles fachadas e interiores de estilo colonial español han servido como telón de fondo para innumerables escenas de películas y series de televisión. Para los entusiastas del cine y de la televisión resultará un lugar muy especial, pues tiene la capacidad de transportarte imaginariamente hasta aquellas historias hollywoodenses con el solo hecho de pasear por su espectacular vestíbulo y sus amplias galerías.
Fachada frontal de Union Station
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Luego de visitar el distrito histórico es fácil dirigirse, incluso a pie, hacia el Corredor Cultural de Grand Avenue, en esta zona nos iremos topando con algunas obras de arquitectura contemporánea que nos trasladan al firmamento de los llamados “starchitects”. Salen a relucir nombres como Arata Isozaki, Frank Gehry o Rafael Moneo, y también firmas como Diller Scofidio + Renfro y Coop Himmelb(l)au tienen presencia en la zona del Downtown. Hay pocos lugares en el mundo donde podamos encontrar un catálogo de edificios tan prolijamente diseñados y construidos por arquitectos de esta categoría, a tan pocos metros de distancia entre uno y el otro.
La Grand Avenue está coronada en su sección norte por la Escuela de Artes Visuales y Escénicas Ramon C. Cortines, edificio firmado por el aclamado arquitecto austriaco Wolf Prix y su despacho Coop Himmelb(l)au. Se trata de un campus de casi cuatro hectáreas de extensión cuyo diseño fue vitoreado por la crítica luego de su inauguración a finales del 2008.
Fachada Sur Escuela Ramón G. Cortines
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Una gran escalinata enclavada entre dos grandes volúmenes rectangulares nos da la bienvenida y nos conduce a un patio que contiene en su centro un gran volumen cónico. Este volumen a su vez alberga una gran biblioteca cuyas paredes con recubrimiento metálico evocan más una obra escultórica que un espacio arquitectónico. Grandes ventanas circulares y ovaladas comunican el interior de los grandes volúmenes de concreto con los alrededores a través de vistas panorámicas de la ciudad. El campus cuenta también con su propia sala de conciertos, estudios de fotografía y de grabación, entre otras muchas facilidades educativas que colocan a esta escuela secundaria pública entre las mejores a nivel mundial.
En la esquina opuesta a la escuela, encontraremos la nueva Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, obra del célebre arquitecto español Rafael Moneo, galardonado con el premio Pritzker de Arquitectura en el año 1996.
Con su ubicación privilegiada en la intersección de la Grand Avenue con el Hollywood Freeway, este nuevo ícono arquitectónico y religioso de la ciudad de Los Ángeles nos invita a la contemplación y reflexión espiritual. No se trata de la típica catedral en la plaza central de una ciudad, con diseño gótico, románico o renacentista, se trata más bien de una edificación que se vale de los elementos de la arquitectura posmodernista para representar de manera elevada los conceptos de compasión y solidaridad humana.
Fue levantada con la idea de reemplazar la antigua catedral original, Santa Viviana, la cual resultó terriblemente dañada tras el terremoto de Northridge en 1994. La nueva catedral fue abierta al público en el año 2002, sus costos de construcción se elevaron hasta casi doscientos millones de dólares y es considerada una de las cinco catedrales más grandes del mundo.
Vista Panorámica de la plaza Central en la Catedral de los Angéles
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Con sus cuatro mil metros cuadrados, la iglesia en su interior tiene capacidad para tres mil feligreses que son recibidos por monumentales puertas de bronce, sobre las cuales se posa “La Virgen María”, escultura obra del artista Robert Graham. Luego de recorrer una galería lateral, se puede entrar a la nave principal, espacio con sublime iluminación natural y libre de columnas intermedias, elementos que apreciados en conjunto resultan un espacio sobrecogedor. Siguiendo el recorrido en dirección sur sobre la Grand Avenue, a una cuadra de la nueva catedral nos encontraremos con el Walt Disney Concert Hall, obra del célebre arquitecto canadiense-americano Frank Gehry, edificio que en gran medida es responsable de la revitalización del centro de Los Ángeles. Esta excelsa edificación es el hogar de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, y desde su inauguración en el año 2003 es aclamada por su inigualable acústica y su inconfundible diseño exterior.
El edificio exhibe una piel metálica que en cada una de sus piezas refleja de manera diferente y especial la luz solar en las horas diurnas, pero que al caer la noche se viste de los destellos de las luces del tráfico circundante. La misma cubre volúmenes curvos y sinuosos que evocan el dinamismo de la música y el movimiento de la ciudad.
Una apertura acristalada marca la gran entrada y conduce a un vestíbulo de gran altura. En su interior, el auditorio principal está diseñado a modo de monoespacio donde los asientos se distribuyen de manera equitativa en cada uno de los cuatro lados del escenario principal, la capacidad es de 2265 espectadores.
Saliendo de la sala de conciertos, a escasos pasos en la sección sur de la Grand Avenue, se encuentra el más reciente vecino del Corredor Cultural de la Grand Avenue, The Broad Museum, este nuevo museo de arte contemporáneo fue diseñado por la firma Diller Scofidio + Renfro, su apariencia futurista roba las miradas y despierta la curiosidad de los transeúntes por saber qué hay dentro del enigmático volumen blanco. El edificio alberga la colección de arte privada de la Broad Art Foundation, y la estrategia en su diseño fue llamada “vault and veil”, en inglés, para “bóveda y velo”, dado que hay un volumen flotante que se ve envuelto en una especie de tejido que funciona como cerramiento, fenestración y techo a la vez. La “bóveda” contiene los espacios destinados al almacenamiento de obras y administración, los cuales normalmente en otros museos se ubican en lugares no visibles, pero en The Broad, “la bóveda” está en el núcleo del edificio; los visitantes la atraviesan por una suerte de vacío que contiene las circulaciones verticales conectando el lobby y las galerías inferiores con el espacio de exhibición principal.
Fachada este y entrada principal The Broad Museum
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La galería principal es un espacio libre de columnas de más de cuatro mil metros cuadrados, ocupa el tercer piso y es muy luminoso, pues “el velo”, cuyo diseño tiene un patrón tipo colmena al hacer las veces de techo, difumina la luz de manera eficiente sobre toda esta planta. En el exterior, el museo tiene una plaza al aire libre, que complementa los espacios verdes de la Gran Avenue junto con el Grand Park, parque público a una cuadra del The Broad.
Estos cuatro ejemplos de arquitectura contemporánea, algunos de los cuales se están convirtiendo en nuevos clásicos, no son los únicos en el sur de California, quizás podamos discutir acerca de otras obras y puntos de interés de esta cosmopolita ciudad en un futuro artículo, lo que sí es seguro es que una visita a LA constituye una excelente oportunidad de poder experimentar las transformaciones que se dan en las ciudades a partir de las intervenciones urbanísticas y arquitectónicas de calidad.
Abdiel G. / Escritor